Cada vez más jóvenes nipones se muestran desinteresados por el sexo y las relaciones de pareja, según un estudio de la Asociación Japonesa de Educación Sexual.
Los jóvenes japoneses se han vuelto más exigentes y más recelosos con su sexualidad. Aunque la sombra del celibato siempre se ha cernido sobre este país, que goza de uno de los índices de natalidad más bajos, las últimas encuestas reflejan que las nuevas generaciones son aún más recatadas.
Según una encuesta realizada por la Asociación Japonesa de Educación Sexual, casi la mitad de las niponas universitarias son vírgenes y el 45% de chicas entre 16 y 24 años “no están interesadas o desprecian los contactos sexuales”.
No sólo eso. Ni quieren sexo ni relaciones románticas. Las japonesas han ganado independencia y estabilidad; se sienten fuertes, liberadas. La incertidumbre y la precariedad laboral y el hecho de que los jóvenes cada vez son menos solventes son algunas de las causas de este rechazo de los más jóvenes a las relaciones en pareja. Además, la prevalencia de ciertos arquetipos machistas y las visiones conservadoras del amor y la familia –un 70% de las madres japonesas dejan su trabajo después de tener su primer hijo para dedicarse en cuerpo y alma a la prole– alejan aún más el sexo y las relaciones sentimentales de sus prioridades.
En Japón aquello de "prefiero estar solo" no es un farol. Si te lo dicen, va en serio. Es el paraíso de los singles. El 61% de los hombres y el 49% de las mujeres entre 18 y 34 años no mantienen ningún tipo de relación romántica ni sentimental, lo que supone un aumento del 10% con respecto a hace cinco años. Y de esos hombres solteros, el 30% nunca jamás ha tenido pareja.
Ante este panorama, el Gobierno de Japón ha hecho saltar las alarmas y se refiere a ello como "síndrome del celibato", una preocupación mayor en un país donde se registró el año pasado la tasa de natalidad más baja de los últimos 16 años.
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