Frente a los sex shops tradicionales que siguen manteniendo un aura de oscuridad y que son espacios asépticos y fríos donde no se puede tocar ni prácticamente preguntar y donde todo está cuidadosamente dispuesto lejos del alcance del público, nació hace diez años un nuevo concepto, dirigido a la sensibilidad y curiosidad femeninas: la boutique erótica, donde las mujeres pueden oler, investigar y tocar las texturas de cosméticos y juguetes sexuales y preguntar sin vergüenza a las dependientas.
LOS PRIMEROS SEX SHOPS
Después de cuarenta años de represión sexual, se hacía difícil vivir una normalización del sexo y, naturalmente, no se vivió, fue una explosión. En aquella época, la sexualidad simplemente salió a la luz sin ningún criterio, asalvajada por tantos años de dictadura de la moralidad. Fue un efecto de tapón de champán en el que lo importante era la cantidad de sexo y no la calidad.
El gran éxito de los sex shops de hace treinta años fueron las postales, las revistas, primero picantes y luego pornográficas, y las cabinas para visionar películas de contenido erótico o pornográfico.
JUGUETES RUDIMENTARIOS
Durante los primeros años de los sex shop, la oferta en juguetes sexuales era muy limitada y orientada, sobre todo, hacia los gustos del público masculino que era en definitiva quien acudía mayoritariamente a los sex shop.
Los dildos se caracterizaban por sus formas fálicas y enormes -según la fantasía masculina de cuanto más grande mejor- y los vibradores eran sencillos, de forma fálica, de plástico y de color hueso. No era fácil armonizar las enormes pilas del momento con diseños más atractivos y no se tenía en cuenta la sensualidad en su diseño.
Los señores que iban a comprarlos solían pedir "el más grande" con la equivocada idea de que así las mujeres disfrutarían más.
Como "fantasías", la oferta erótica de los primeros sex shops incluía las famosas braguitas comestibles, edible undies, con sabor a fresa (que todavía se siguen comercializando aunque ahora han diversificado sabores, por ejemplo de piña colada); lubricantes con el sempiterno sabor a cereza o a fresa y, algo más tarde, tangas de caramelitos capaces de indigestar a cualquiera.
Las primeras anillas para el pene empezaron a llegar a España antes de los 90, aunque eran de plástico y no resultaban demasiado cómodas. A partir de los 90, las anillas empezaron a evolucionar y a incorporar nuevos materiales más flexibles y nuevas prestaciones.
INICIO DE LA MODERNIDAD
La verdadera evolución de los juguetes sexuales se produjo a partir de los años 90, como respuesta a la demanda del público que cada vez estaba mejor informado.
Los diversos programas televisivos de sexo fueron responsables de un mayor conocimiento de las propuestas de la juguetería y de modas de compras.
En Esta noche sexo, Adelina Aránega, propietaria del primer sex shop de España (Barcelona), Kitsch, habló en enero de 1995 de las bolas chinas y éstas se agotaron en diversos sex shops.
En los primeros tiempos, las bolas chinas se comercializaban al principio como juguete erótico, pero en los últimos años se ha destacado el importante papel que tienen en la salud de la mujer.
Los vibradores de doble placer, tipo Rampant Rabbitt, se empezaron a vender cuando aparecieron en un capítulo de la serie de televisión Sexo en Nueva York, que se empezó a emitir en España en el año 2000.
Las programas televisivos han seguido jugando un papel importante tanto en proporcionar más información sobre la sexualidad como en crear bestsellers entre los juguetes sexuales.
Lorena Berdún, con programas como Dos Rombos, consiguió entre 2004 y 2005 que cada juguete que comentaba en su espacio televisivo se agotara. Entre ellos, la mariposa vibradora, que tuvo su gran momento pero que actualmente ha sido sustituida por otros juguetes más fáciles de usar (su sistema de sujeción mediante ligas necesitaba un ingeniero).
FEMENINOS, SUAVES, SENSUALES
Hoy en día, el diseño de juguetes sexuales está dominado por las mujeres, que crean juguetes de formas divertidas, suaves, ergonómicos y con muchas más prestaciones, ritmos y patrones de vibración. Las formas fálicas se suavizan con caritas de animales o con colores brillantes y de moda y reinan los estimuladores de clítoris, los masajeadores o incluso un juguete que simula el sexo oral para mujeres, Sqweel, o un vibrador que puede usarse durante la penetración, We Vibe.
El plástico de los principios dio paso al jelly, que se adoptó masivamente por su plasticidad y precio económico. Este material convive hoy en día con el látex, la silicona hipoalergénica o elciberskin, que imita el tacto de la piel. También hay juguetes de plástico, especialmente los masajeadores.
Además, ahora podemos explorar algunas de las nuevas posibilidades de la juguetería erótica en juegos solitarios o para duetos.
Paralelamente, en los últimos años se ha desarrollado la cosmética erótica, como complemento o estimulante para los juegos en pareja, y se ha producido un acercamiento del mundillo erótico a las mujeres gracias a las reuniones tuppersex, que permiten descubrir las propuestas eróticas en la intimidad y con las amigas a través de una asesora: probar, preguntar, tocar, reír, experimentar...
Junto a las boutiques eróticas, las reuniones tuppersex han sido decisivas para que los juguetes eróticos se conviertan en un ingrediente más del juego entre la pareja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario