El orgasmo y la eyaculación en los hombres son fenómenos que
pueden presentarse de manera simultánea o separada, pues ambos involucran
procesos muy bien diferenciados al interior del cuerpo.
El orgasmo se refiere a esas contracciones involuntarias y
espasmódicas que se presentan en un gran número de músculos e incluye
sensaciones subjetivas de placer y bienestar al alcanzar el punto máximo de
placer erótico.
La eyaculación como tal se refiere a la simple expulsión del
semen, la cual ocurre en dos momentos: la emisión, qué es cuando el líquido
seminal va de las vesículas seminales y los conductos deferentes hacia la
uretra; y la expulsión, que ocurre por acción de las contracciones de la uretra
y los músculos en la base del pene.
No obstante, a la eyaculación se le relaciona con la máxima
expresión del orgasmo masculino, por lo que se ha convertido en una meta que en
ocasiones impide el disfrute pleno de las relaciones sexuales por la ansiedad
que genera el mantenerse atento de ella. Esto a la larga puede convertirse en
una situación recurrente que genera frustración y deterioro de las relaciones
de pareja.
Hoy en día se sabe que el acto sexual puede prolongarse lo
suficiente como para alcanzar varios orgasmos antes de la eyaculación, si se
cuenta con un buen control de ésta, incluso saber que se puede mantener el
control libera de la ansiedad y permite un mayor despliegue de caricias que se
traducen en relaciones más satisfactorias.
MITOS:
Cuando se habla del orgasmo masculino, hay muchas dudas que
en general, se responden con mitos o creencias equivocadas.
En primera instancia, se cree que el orgasmo del hombre y la
eyaculación son lo mismo. Recientemente, se ha demostrado que es posible que el
varón tenga orgasmos sin que necesariamente estén acompañados de la
eyaculación, o por el contrario, eyaculaciones sin orgasmos. Es cierto que es
común que se presenten simultáneamente y es por eso, que tienden a confundirse.
Por otra parte, se acostumbra a creer que no pueden
controlar la eyaculación, por lo que se produce la eyaculación precoz o
descontrol eyaculatorio, y que la única manera posible de retardarla es pensar
en otras cosas durante el coito. Otra forma por la que han optado para
controlarlo es utilizar cremas anestésicas, sin saber que están exponiéndose a
la posibilidad de que se pierda la sensibilidad del todo, lo que inhibe la
eyaculación, e incluso puede provocar la total pérdida de la erección. Hoy se
sabe que la manera más efectiva de superar esta condición es mediante la
realización de ejercicios terapéuticos en conjunto con la pareja.
Con respecto a la erección, hay otra creencia muy difundida
y es que apenas el hombre termina de eyacular, pierde la erección. Esto es
totalmente contrario a la realidad. La erección se mantendrá más tiempo después
de la eyaculación, mientras más dure excitado.
Es debido a esto, que actualmente, también se sabe, a
diferencia de lo que se maneja popularmente, que el hombre es igual de capaz
que la mujer, de sostener el coito, después de la eyaculación, e incluso de
tener varios orgasmos.
La verdad es que así como en la mujer, en el hombre se
presentan distintos tipos de orgasmos, lo que posibilita que sea multiorgásmico.
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