Miles de turistas adinerados se apuntan cada temporada a
esta peculiar oferta que hacen desde hace años los hoteles Hedonism. Vacaciones
con sexo incluido en mitad del Caribe.
En estos paraísos del placer, las
ardientes citas son sólo entre clientes.
Olvide todos sus prejuicios. Dejarlos aparcados en el
aeropuerto es condición sine qua non para convertirse en un auténtico miembro
de la comunidad hedonista.
Y sólo con una mente abierta de par en par será capaz, por
ejemplo, de desayunar sin atragantarse a las ocho de la mañana mientras a su
lado deambula una mujer en cueros desvestida con un picardías, o en la mesa de
enfrente toma café un hombre desnudo que lleva un extraño artefacto en los
genitales.
Pese a lo que pueda parecer, los hoteles Hedonism no son una
Babilonia en la que se sucedan las orgías desde el amanecer a la puesta de sol.Afirma Héctor Izquierdo, que si no es excesivamente
mojigato, acabará por acostumbrarse al espíritu de libertad sexual que flota en
el ambiente e, incluso, se sumará a él.
Pero si es de esas personas a las que atenaza el pudor es
mejor que elija otro destino. Los Hedonism no son en modo alguno unos hoteles
para promiscuos, pero mucho menos para puritanos.
Si hay algo que engancha a los clientes de los Hedonism, que
suelen repetir año tras año, es la libertad. ¿En qué otro hotel podría hacer el
amor con su pareja -o con un desconocid0- en la piscina, ante la mirada del
resto de huéspedes, sin que le echaran ipso facto?
Que le apetece practicar sexo en el jardín o sobre la mesa
de billar... Hágalo.
Por algo los Hedonism son una cadena para mayores de 18
años, y por algo Jamaica es el país del "No problem".
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