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miércoles, 4 de septiembre de 2013

EL BDSM NO SON MALTRATOS


Tras la gran revuelta que se está originando por los estudios publicados por la el trasfondo de la violencia de género encontrada en la famosa Trilogía de Las 50 sombras de Grey hemos decidido, aunque hablar de esta novela nos produce ya gran hastío, escribir un Post sobre el BDSM, con el mero objeto de que se constate la diferencia entre lo que se puede encontrar en dicha obra y lo que es la realidad, y que cada uno juzgue de la forma más objetiva posible.

LA REALIDAD SOBRE EL BDSM:


Bondage: Refiere a ataduras,cadenas o ligaduras.
Discipline y Domination: Disciplina y Dominación.Submission y Sadism: Sumisión y Sadismo.
Masochism: Masoquismo.


¿Quiero dejar bien en claro que no se tiene que tomar el BDSM cómo una acción basada en el sufrimiento sino cómo una practica donde a una persona le gusta ser dominada y a otra dominar.
Mucho más amplio no?, el BDSM en el común de la gente es recibido cómo una practica que se basa en el dolor y la agresión cuando en realidad es un acto en el cúal uno tiene el poder, el control de la situación y el otro se somete.


La persona que domina obtiene satisfacción al tener un control mucho mayor sobre el otro, ese poder que no tendría en la vida real. El sumiso se entrega a la situación que se plantea (siempre con el consenso de ambos) y disfruta de carecer de control alguno o poder. En una relación sana y con confianza ninguno tiene el control o la falta del mismo más alla del acto que se esta realizando, es una fantasia por más que aparente lo contrario.


Quiero dejar bien en claro que no se tiene que tomar el BDSM cómo una acción basada en el sufrimiento sino cómo una practica donde a una persona le gusta ser dominada y a otra dominar.
La práctica del BDSM contrariamente a lo que muchos creen, no se basa en inflingir o provocar dolor; es mucho más abarcativa, un mundo intelectual, estética y eróticamente rico y complejo.


Cada práctica tiene un significado mucho más profundo de lo que a priori podría parecer. El castigo de un Dominante a su sumiso no termina ahi, este acto conlleva un acto erótico y pone en manifiesto la entrega de una persona a otra, y la aceptación de la responsabilidad, del cuidado y protección de la parte Dominante hacia la sumisa.

Más allá de la gran cantidad de prácticas que abarca el BDSM (y que sería imposible enumerar), estamos hablando de un concepto, una filosofía global donde el placer es el objetivo, pero que requiere de diversos factores tales como consenso, seguridad, confianza... y una vez alcanzado estos, no hay nada que se le asemeje.


¿Quiénes lo practican?


Contrariamente a lo que mucha gente cree, el BDSM es practicado por gente de toda índole, sin importar su orientación sexual, clase social, o económica, en qué región del mundo viven o "tribu urbana" a la que pertenecen.


El BDSM se va expandiendo a gran velocidad por todo el mundo y por todos los sectores de la sociedad, evolucionando y revolucionándose en sus conceptos.
Hay mucha más gente de lo que uno piensa que tiene una vida sexual en esta disciplina, y pueden encontrarse tantas variantes como personas que lo practican.


La diversidad, la capacidad de expansión y variantes, más la creatividad, hacen del BDSM algo único, hermoso y placentero para aquellas personas que lo practican.


El cuidado y el respeto:


No deben confundirse las torturas y humillaciones con la falta de respeto. Todas las acciones llevadas a cabo en un ambiente BDSM son acciones previamente consensuadas y proyectadas dentro de un marco de seguridad.


El cuidado es otro de los factores fundamentales. El dominante tiene la obligación de asumir la responsabilidad del cuidado y el bienestar de su sumiso, ya que este se entrega completamente en sus manos. Es por eso que la confianza es tan necesaria en este tipo de relaciones.


El BDSM no es improvisación ni se basa en el dolor per sé, sino que por el contrario, requiere de meditación y planificación previa, control, precaución, consideración y otros diversos factores.


Los falsos adeptos:


Al parecer, para algunas personas el BDSM puede confundírseles con sexo fácil y salvaje, o como una forma de descargar tensiones y frustraciones. Claramente estas ideas nada tienen que ver con la filosofía BDSM de la comunidad.


Afortunadamente, los falsos adeptos no abundan, y si uno tiene un mínimo de cuidado son fáciles de identificar.





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